Muchas cosas se han escuchado sobre el Arsenal tras la eliminación de ayer a manos del Fútbol Club Barcelona.
Sobre el equipo en general y sobre Wenger en particular no existen medias tintas, el término medio desapareció hace mucho tiempo, o lo amas o lo odias.
Para algunos el partido de ayer es la confirmación de que los Gunners son una equipo sobrevalorado, para otros es simplemente una pequeña piedra en un exitoso camino.
A favor
Wenger no es únicamente el entrenador del Arsenal, es algo más. Ha dotado al equipo de un estilo de juego reconocible y admirado por todos, basado en el juego de posesión y toque.
Una muestra de esa ascendencia en la entidad fue su colaboración en el diseño del escudo Gunner.
Tras reducir el presupuesto destinado a fichajes por la deuda contraída a raíz de la construcción del nuevo estadio, el Arsenal ha ido contratando a promesas atraídas por el proyecto, dando lugar a un gran equipo
joven y con recorrido.
Aunque tienen futuro por delante, estos años ya han demostrado su potencial llegando lejos en Champions League y disputando la Premier a Chelsea o Manchester United.
En definitiva, en un breve espacio de tiempo estarán conquistando títulos al nivel de los mejores.
En contra
Wenger es un vendehumo, su derrota contra el Barça no es más que la confirmación de que su proyecto en el Arsenal es una gran mentira.
Juegan al fútbol, pero jamás compiten, sus últimos años son un claro ejemplo de su nula capacidad para doblegar a los grandes equipos de Europa.
Con la excusa de la falta de dinero el equipo se refuerza con buenos jugadores y jóvenes promesas, lo que le impide subir peldaños competitivos.
Lo peor es que Wenger, en su afán por contratar a los jóvenes más destacados utilizar tretas moralmente discutibles.
En el fondo, el Arsenal no es más que otro equipo que se quedará por el camino sin ganar nada.
Dos formas muy diferentes de mirar un mismo tema, dos formas totalmente opuestas de vivir un club.
No hay comentarios:
Publicar un comentario