Atlético Madrid 1 - Real Madrid 2. Cuando la grada recita poesía.

Por fin una buena noticia para todos los lectores de la prensa deportiva: Inda se nos va de Marca. Después de que hace unos pocos días Solari se destapase en el País como un fantástico escritor deportivo y acostumbrado a que en este mundo las noticias buenas lleguen con cuentagotas, no esperaba que algo de esta altura llegase a pasar a corto plazo. Venga lo que venga ahora difícil es que el nivel alcanzado se supere, tenemos motivos para brindar (los domingos soleados aumentan mi optimismo).

Anoche tuvimos otro derby madrileño descafeinado, más si ahora pensamos en el 3-0 de Lyon y en el futuro Tottenham. La ansiedad superada tras pasar octavos me inmunizó para un partido como el de anoche. Sobretodo si el Madrid empieza arroyando y Benzema se dedica a desbaratar las líneas de Quique. El francés sigue dando guerra y sumó otro golazo, con ese toque a lo Müller contra el Inter que dejó a De Gea rendido.

Ayer debería haber sido un gran día de fútbol. Empezamos el día tomando el sol como lagartos en el Friedrichschein Volkspark, con bancos todos de cara al sol, con alemanas bebiendo cerveza con sirope  y alemanes bebiendo cerveza normal y con un inteligente vendedor de salchichas, filetes y refrescos con su barbacoa, boina y chaqueta de cuero, más berlinés no se puede ser. Allí a unos doce grados, bajo un cielo donde no se podía ver ni una sola nube, tenía un sábado por delante que iba a dedicar a beber cervezas, jugar al FIFA y ver fútbol, el cielo del freaky futbolero. 

El problema con el día de ayer no es que hoy tenga resaca, sino la sensación final de no ser suficiente. Como dije antes, mi cabeza está pensando en la Champions, esos partidos que comienzan con la música de Händel y que te hacen sentir que las emociones que vas a tener viendo ese programa no son las que estás acostumbrado a tener, es Europa. 

Hasta un Atlético - Real parece algo desnatado a estas alturas. Tal vez un gol temprano de Forlán, o alguna que otra jugada más peligrosa hubieran puesto el partido en mayor tensión. El Atlético tuvo algunas que otras, como el uno a uno entre Agüero y Casillas, pero todo eso parecía anecdótico. El Madrid estaba mucho mejor situado en el campo, con Özil espectacular (es una pena, pero ¿quién se acuerda a estas alturas de Kaká?), con Benzema haciendo su fútbol pero con el plus de intensidad que está mostrando en los últimos partidos y con un Khedira que pudo tener uno de sus mejores días, un poco por encima del otro escudero de Xabi: Lass (anque la jugada de los regates que casi acaba en gol me sigue haciendo pensar que Lass debería ser indiscutible en el once). El alemán dio una asistencia realmente buena, fue clave en el robo de balón y la presión del centro del campo y distribuyó balón con buen criterio, pero lo mejor de todo es que anoche cogió responsabilidades, se arriesgó en pases y se hizo importante, algo que hasta ahora echaba bastante en falta.

El Atlético por su parte sigue en las de siempre, un equipo con una plantilla que debería hacerlo mucho mejor de lo que lo hace. No paro de repetirme pero creo que tienen una de las mejores parejas de delanteros: Forlán y Agüero, que están siendo injustamente desperdiciadas. La Champions ganaría puntos con sus goles, pero por una mala administración, preparación o quién sabe que cúmulo de causas, el Atlético nunca alcanza las expectativas. 

Ayer el público se cebó con Ronaldo con eso de "Cristiano muérete". Un jugador que cuesta tanto dinero, que sale en todas las portadas y que es el co-pichichi es fácilmente criticable por los rivales, pero que a Marcelo le digan "Marcelo es un mono" es más una demostración de ultras aburridos con su equipo como niños cuando no saben que hacer y tienen un hormiguero y un mechero al lado. Ser malos es siempre divertido. A mi novia que es alemana le hacen gracia todas estas cosas, un día le conté que en un Barça - Madrid lo que el público gritaba es "Guti, guti, guti... maricón, maricón...", otro día le conté aquella de Juande cuando le dieron el botellazo y se lo llevaba la ambulancia mientras unos béticos le cantaban "Juande muérete...". Ella dice que en Alemania no se cantan cosas racistas, ni tampoco se le dice a nadie que se muera, yo no lo tengo tan claro, lo único que sé es que un día mientras veía el partido definitivo en el cual el Hertha Berlin se jugaba la permanencia en primera contra el Nürenberg, los berlineses perdieron, unos aficionados se enfadaron y todo acabó con barras de metal de la grada arrrancadas, los de seguridad quitándose de en medio, invasión de campo, jugadores corriendo a los vestuarios e intervención final de la Polizei. Pero eso sí, ellos no le gritan a nadie maricón. 

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